sábado, 17 de agosto de 2013

Karma instantáneo

Anoche salí con mis amigos y casi nos atropella un taxi. Teníamos la luz verde del paso peatonal pero no le importó. El caso es que no sólo nos asustó, sino que también nos gritó toda clase de improperios desde la ventana de su auto. Decidimos ignorarlo porque en esta ciudad nunca sabes cómo terminará un pleito callejero, pero algunas personas que también iban saliendo del cine le devolvieron las mentadas de madre y eso lo enfureció más. Aceleró el motor para obligar a la gente a abrirle paso y arrancó a toda velocidad sin darse cuenta que a unos treinta metros había una patrulla que lo había visto todo. No lo pensamos mucho y nos paramos en la acera de enfrente de donde lo habían detenido y cuando le dieron la multa aplaudimos hasta que se fue, con la cola entre las patas.
Seguimos nuestro camino y hablamos de las pocas veces en la vida que podemos ver como regresa el karma de manera instantánea.

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